¿Sabes cuándo vale la pena?

Cuando terminaste y te sentís cansado,
adolorido, extenuado.
Cuando lo recordás,
es porque realmente lo disfrutaste,
aprendiste de lo vivido y eso te hace sentir bien.

Contame ¿recordás lo rutinario?,
aquello que no haces por y para vos.
Sino que para otros.

Eso no tiene reparo,
si no más que ser desterrado de tu ser.