El botín más preciado

Emprender la rutina diaria, implica prepararnos física y mentalmente para realizar una serie de actividades establecidas de antemano.
Esta todo tan mecanizado que las personas se acostumbran a caminar por la misma vereda, toman idénticos caminos para llegar a su casa al finalizar la jornada, visten las mismas ropas o uniformes.
Ante un eventual suceso, ya sea un reencuentro con un amigo o conocido del pasado, la culminación o presentación de un proyecto que llevó mucho tiempo y sacrificio, o el simple hecho de encontrar un tesoro en el medio de una vereda porteña logra que las mentes se distraigan sólo un poco y por un rato nomás.

Al fondo de la calle Lavalle, un grupo de trabajadores con mucho ímpetu esta logrando algo impensado para cierto grupo de individuos: liberar el preciado tesoro.
Viejos equipos de aire acondicionado, paneles eléctricos obsoletos y una montaña de fierros son arrojados a un volquete colmado de escombros. Para los viejos curiosos logra ser motivo suficiente para virar la vista hacia un costado y poder divisarpiezas de "tecnología". Para los inadvertidos, un obstáculo más que sortear en su sinuoso camino rutinario.

Desde aproximadamente media cuadra se los podía observar. Ellos venían cargando algunos trofeos en sus carros. Deberían haber visto la expresión de sus caras al encontrarse con semejante premio. Sin perder tiempo, se acomodaron, tomaron sus herramientas y comenzaron
a desmembrar sin piedad todo lo que encontraban de valor. Se les escuchaba decir "creo que con ésto sacamos una gamba" y su compañero lograba esbozar una sonrisa mientras cortaba algunos cables con un alicate.

Fue increíble poder observarlos. Traté de imaginarme por un momento
que es lo que sus pensamientos podían llegar a anhelar. No tenían un rumbo fijo. Tampoco tenían un mapa con una "X" marcada. Solo estaban realizando su usual labor...


Salud!
"Liberté, Égalité, Fraternité"