Un mar de aprendizajes

Ni sueño, ni realidad, lo que tanto anhelaste se te presenta de una manera que aún no logras entender.

Hablaste de esa circunstancia, de ese lugar, de esa sensación, con personas conocidas y otras que ni siquiera sabías que podría llegar a interesarles lo que escuchaban.

Sin concebir que algún día ibas a estar en el medio de esa ola que esperaste por horas, que imaginaste y creaste en tu mente.

En el momento donde tenes que zambullirte para disfrutarla, lo único que logra tu cuerpo es paralizarse. Hasta que... Tu mente se percata y emite esa sensación de relajación que te indica que lo mejor esta por desencadenarse.

No importa que te haya arrastrado, pisoteado, desbocado y hasta sacado todo el aire que restaba en tu cuerpo. Vos bien sabes que la situación se planteó de esa manera y que ya está. Que no hay vuelta atrás y de nada sirve el arrepentimiento cotidiano de aquel que se siente perdido o perdedor.

Deja llevarte por ese/a/a/e: dolor/angustia/adrenalina/lo que sea.

Hace caso, mirá que la vuelta se termina rápido y ya no hay tiempo para pedir una ronda más.