síntoma del buen camino

Una cercanía que nunca los comprometió,
en aquella noche algo nublada,
pero mayormente despejada,
que los albergó en sentimiento,
dicha y pasión.

Sin pensar mucho,
de mirada fija y ojos bien abiertos,
de puntas de pie, por momentos,
terminando de sonreír,
mientras comenzás a mirar para tu costado más cómplice,
aquel que te refugia de tanta emoción.

Créase el sentido de lo desconocido,
que por delante de todo,
que por afán de no tener explicación alguna,
nos gana y aventaja,
a la hora de decidir.